Pero antes, cogí mi vieja caja de pasteles y pensé que es un desperdicio tenerla sin usar. Siempre he dicho "ay, eres malísima con los pasteles", pero me pasa igual con las acuarelas y con la mayoría de formas de colorear. Nunca he tenido mucha paciencia para colorear, y nunca he practicado casi con los pasteles (excepto para cogerlos, hacer un pegote y decir "eres malísima con los pasteles, no vuelvas a cogerlos"). Bueno, pues se acabó. No tiene sentido tenerlos ahí tirados. Toca usarlos, por muy torpe que sea. Y si cuando la caja llegue a su fin continúo siendo un desastre, pues muy buena vida a los pasteles. Pero tal vez con la práctica vaya mejorando, así que dejo espacio a la esperanza de que con tiempo y constancia acabe haciendo más que pegotes (ojitos brillantes). De momento, dejo constancia del primer pegote de la temporada.
Y también de fotos del precioso día que hacía hoy, camino a casita (sí, los paisajes se repiten, pero es que tampoco tengo tantos caminos a casa). Y una cancioncita, que me apetece.
Y ahora, por dos semanas, a estudiar como una loca. Hasta la próxima inspiración!
