lunes, 15 de abril de 2013

A veces te dan toques cuando ya no te los esperas.
Los esperastes, sí, pero ya no.

Y cuando te lo dan, resulta que ya no te interesa que te den esa atención. Ahí está, la explicación de muchas cosas, pero ya no me vale. Ya no la quiero ni quiero mirar hacia atrás.

Supongo que el abismo es ahora insalvable. Y me alegro. Cada uno se toma su tiempo en avanzar, y de repente estás en otra ciudad, en otra escena, en otro mundo. El toque que hubiese ayudado en el viaje entre escenario y escenario ya no me sirve, ya me fui y esa obra ya se terminó.

Y no pienso dejar que nadie me fastidie mi nuevo mundo. Todos tenemos nuestras oportunidades, pero no son infinitas, y las tuyas se acabaron.


Ahora mi niñita interior se vería más o menos así, excepto por el pelo:









viernes, 5 de abril de 2013

Esto es una locura.

¿El qué es una locura? El último mes antes de la entrega del trabajo de final de carrera, por supuesto. Estoy con taquicardia constante, lo cual ya va bien de momento porque como me relaje no va a haber manera de acabar las cosas a tiempo.
Sin embargo, entre todo este no parar, es necesario hacer cosas distintas. Más que no hacer nada para "descansar" y comerte el coco mientras dormitas, hay que desconectar y hacer cosas diferentes y motivadoras para luego volver con ganas al trabajo. Ayer por ejemplo asistí a una sesión de narración de historias, dirigida por la artista inglesa Karrie Fransman, en un mini palacete en el centro de Londres (Two Temple Place). A parte de que el palacete era una delicia para observar, la idea de tener que inspirarnos en personajes, objetos y lugares dentro de este fue muy divertida. Lamentablemente me quedé tan embobada mirando que no saqué fotos al lugar (las que aquí hay son del sitio oficial - y el Great Hall estaba organizado de un modo distinto, sin mesas para la cena sino para un workshop). Sí que saqué un par de fotos del trabajo del resto de asistentes. Lo mío lo tengo guardadito, para ver cuando termino la historia y hago las viñetas definitivas.
Aparte de esto, en mis momentos de desconexión y cansancio mental huyo como siempre a mi refugio, que es dibujar/garabatear (y pasear con Canela por el parque, pero ese no es tan artístico, aunque es una delicia igual). Me compré un lápiz blanco y anduve probando con fondos de colores, como para cambiar.


Two Temple Place



 Esbozos y narraciones realizados en una hora (y lo que costó que las ideas fluyeran)


Mis paseos con Canela (ella no se dejó fotografiar, es una diva que huye cada vez que ve un paparazzi)





Mis distracciones reencuentros.



Ahora, volver a la locura.