martes, 10 de septiembre de 2013

Se terminó el verano.

Y se acabó cualquier atisbo de vacaciones que pudiera quedar. Las clases de español parece que también se acabaron (una linda tarjetita de uno de mis alumnos me lo recuerda). Así que a aplicar a trabajos nomás, se ha dicho. Y entremedio me van apareciendo ideas de qué hacer en un futuro un poquito más lejano (uno, dos añitos?). Que tengo ideas, pero hay tiempo para sopesar diferentes opciones.


¿Y qué hice este verano? Junio fue una locura. Agosto también, entre que fui a York y a Leeds - a este último por 5 días para un festival, nunca en mi vida había estado tan cubierta de barro ni había servido tantas cervezas. Y Julio? DONDE SE FUE JULIO?! Recuerdo trabajar para una newsletter, y... ¡una obra de teatro! Ahhh... Y el resto del mes me la pasé languideciendo, aplicando a trabajos, mirando al techo y bebiendo cervezas en el parque (bueno, tampoco tanto, pero anduve bastante mirando las moscas). Ahora septiembre. Se viene la presión pero toca tomárselo con calma, no entrar en pánico, respirar profundo y hacer un pasito cada día. Namaste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario